El
6 de enero se efectúa la fiesta de los Tlahuilos en honor de la Virgen de la
Natividad; el 17 de enero se festeja a san Antonio Abad, patrón de los animales
domésticos; el 2 de febrero, a La Candelaria; el 19 de marzo, a San José; el 25
de julio al señor Santiago; el 9 de agosto, el natalicio del general Vicente
Guerrero; 18 de octubre, a San Lucas; el 13 de noviembre se organiza la Jornada
Altamiranista por el natalicio de Ignacio Manuel Altamirano; el 22 de noviembre
se festeja a Santa Cecilia y el 12 de diciembre a la Virgen de Guadalupe.
Una
de las más antiguas tradiciones es la subida al pozo de Oztotempan. A 12 km al
norte de la ciudad de Tixtla se encuentra una montaña cuya elevación fluctúa
entre los 800 y 900 metros sobre el nivel del pueblo de Atliaca, que está a 100
msnm. La montaña se ubica entre los pueblos de Atliaca y Apango, dos
comunidades nahuas que aún conservan muchas de sus antiguas costumbres.
En
la cima se halla una gran explanada de aproximadamente un kilómetro setenta
metros cuadrados y en ella, de profundidad desconocida, está el pozo de
Oztotempan (de ostoc, cueva ytempa, borde, ombligo, labio…),
sagrado para veinte o treinta pueblos indígenas que viven a su alrededor. Cada
año, un día antes del primero de mayo, las comisiones del pueblo, hombres y
mujeres, comienzan a subir con los elementos necesarios para la ceremonia de
petición de lluvia que beneficie las siembras; con ellos también van las
danzas, música de viento, juegos pirotécnicos; llevan flores, alimentos,
bebida, aves y el agua con que se elaborarán los huentlis (ofrendas) que se
dedicarán al pozo la mañana siguiente. Las danzas son otra de las tradiciones.
Entre las más antiguas deben citarse Los Manueles, Tlacololeros, Diablos, Mudos,
Espueleros, Pescados, Machos, Mecos y Moros; han desaparecido Los Zopilotes,
Maizos, Gachupines y El Cortés; en cambio hace muy poco tiempo fue adoptada la
de Los Chinelos, originaria de Morelos, cuyos trajes lucen llamativos y
muestran hermosos colores.
Por otro lado el fandango en Tixtla se realiza en las fiestas del
patrón de las capillas o iglesias de los barrios o en las festividades cívicas;
los músicos se acompañan con arpa, vihuelas y el cajón de tapeo. Normalmente la
tarima es rodeada de camapés o sillas, que es donde se sientan las mujeres que
van a bailar y en uno de los extremos se colocan los músicos. Los bailadores
permanecen de pie. En esta región los bailes característicos son los sones de
artesa, la chilena, los paseos, palomos, zapateados, el jarabe y los corridos
de gran influencia hispana y sudamericana e indígena.
Las bandas de viento, llamadas “Chile Frito” son
muy acogidas por los guerrerenses, puesto que son las principales animadoras de
las fiestas populares. Las danzas de los Tlacololeros, los Tecuanes, los
Viejitos, los Manueles, los Doce Pares de Francia, son los bailes más
tradicionales de la entidad.
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